Suscríbete a nuestra NEWSLETTER

COMUNIDADES estables y de largo recorrido – La Comunidad Serrana

La Comunidad Serrana/ Una celebración de la diversidad

Me preguntan si puedo escribir un pequeño texto para la newsletter del próximo mes que tenga como tema la comunidad. Me lo preguntan porque vivo en la Sierra Norte de Madrid. Aquí coexistimos personas de diferentes pueblos y orígenes que hemos elegido una vida vinculada con el campo, con sus gentes, con sus animales y con sus posibilidades.
Esto nos une. Algunos, cada cual a su manera, encontramos la forma de ser parte, siendo con los otros y poniendo nuestro granito de arena para aportar a la comunidad. Nos une un faro común que alumbra la sostenibilidad, la conciencia, la transformación, el cuidado de un@ mismo@ y del entorno, el apoyo mutuo, el disfrute del compartir, la participación, la cooperación, …                                                                                  
Guiados por este faro, han nacido proyectos culturales, económicos y sociales de los que todos nos nutrimos. Cuando llegué a la Sierra, hace casi 10 años, 3 personas echaron a andar con un teatro de artes escénicas, lugar de encuentro de gente variopinta sensibilizada con la creación artística; otra mujer ponía en marcha una huerta en la que trabajarían personas en riesgo de exclusión social ofreciéndoles trabajo y casa; otros recuperaban las tierras para cultivar en ellas verduras y hortalizas ecológicas, espacios de trabajo cooperativo que nos dieron la oportunidad de apreciar la vinculación de la tierra con nosotros; al poco se creó RIE, un grupo de mujeres emprendedoras que se consolidó durante el COVID y que constituimos ahora una asociación que integrada por mujeres de toda índole y de numerosos pueblos: artesanas, escritoras, pintoras, terapeutas, cocineras, peluqueras, comerciantes, libreras, alfareras…. De esta asociación forman también parte las «Bailanderas» que se lanzaron a crear su propia cerveza artesana, un proyecto que va mucho más allá de la cerveza y que contribuye a potenciar los valores alojados en la luz del faro. Hace unos pocos años se ha recuperado una vieja estación de tren abandonada y construida por presos republicanos, como residencia de creadores, un proyecto de cultura participativa que contribuye, entre otras cosas, a la transformación de la historia y con ello, a nuestra propia transformación. Los mayores también nos muestran otras formas de hacer con su proyecto de cohousing, viviendas colaborativas, que dio sus primeros pasos en 2002. Tejiendo lazos de apoyo con otras comunidades de España, nos enseñan que no existe diferencia entre dentro y fuera.                                                        
Y en lo «pequeño», en lo rutinario, en la comunidad siempre hay alguien que eche una mano a los que lo necesitan, que crea espacios donde escucharnos, sentirnos, compartirnos, acompañarnos, que promueve iniciativas que nos permiten ponernos otras gafas y navegar con las dificultades de la vida en el pueblo y con las que cada cual encontramos en este otro camino que hemos elegido.                                         
Y paralelamente, como en cualquier otra comunidad, a veces hay enfrentamientos entre los vecinos, malos rollos, porque en los pueblos hay de todo: los que ven al ganado como un objeto de explotación, los que ocupan un cargo para poder mover los hilos según sus intereses, los que tienen sus casas vacías, los que llevan toda la vida aquí y miran con escepticismo y desconfianza al que llega, los que vierten al río o al campo lo que no tienen ganas de llevar al punto limpio… Roces hay, forman parte de la convivencia, del espacio comunitario. Desde los lugares mencionados y desde la Sangha en nuestro pueblito sembramos semillas de conciencia y amor, como nos ha enseñado Thây y como aprendemos en nuestros retiros.   

                                                       
Deseo terminar esta aportación, dando voz a más personas que viven aquí y a las que he pedido que nos hablen de cómo sienten esta comunidad que formamos:

 En la vida del pueblo, la cercanía nos hace observar las luces y las sombras en todos nosotros y nos ayudan a crecer y a ver con más claridad. Estar en la naturaleza también nos enseña y nos apacigua. La perspectiva se nos amplia, somos como una planta más o una gota de agua en el océano. Lo que creemos tan grande y pesado sobre nosotras mismas, se aliviana con esta mirada.                                                       
 Más vale tener paz, que razón. Esta frase la he aprendido en la sierra. Aunque en el sentido amplio, a veces Comunidad tiene un carácter ciertamente excluyente, en los tiempos actuales, me gustaría seguir construyendo comunidades aun cuando no haya un motivo o característica explícita que nos una. Comunidad como Red, Tejido, Apoyo.…

La Sangha de Navalafuente

Para las personas interesadas en más información sobre los proyectos que menciono:

www.indelebre.es

www.nuestrashuertas.com/huerta-abril

www.csaveganadeljarama.org

www.redimpulsadeemprendedoras.org

www.cervezabailandera.es

www.trabensol.org

Quiero resaltar que estos son solo unos pocos proyectos, que hay muchos más, colectivos e individuales, todos, desde mi punto de vista, valientes y muy respetables. Siento mucho agradecimiento por todas las personas que se “salen” del camino buscando  una vida más sostenible y amable.

Más artículos