
Hermanos, hermanas animales.
Querido hermano elefante, hermana gallina, querida abeja… A todos los que camináis sobre la tierra, reptáis entre las sombras, pobláis el cielo y las aguas. A los que tejéis la vida con vuestros cantos, vuestros vuelos, vuestras huellas.
Pertenecemos a la misma gran familia en la Tierra. Compartimos el mismo aire, la misma luz y la misma sed de vida. Pero durante demasiado tiempo os hemos tratado como si fuerais otra cosa: recursos, herramientas, propiedad. Os hemos separado de nuestro círculo de compasión, olvidando que también sentís, amáis, sufrís.
Os hemos encerrado, cazado, explotado y silenciado; convertido en alimento, en vestimenta, en entretenimiento, en carga.
Nos duele la violencia que hemos normalizado. Nos duele veros reducidos a números, kilos, pieles.
Somos conscientes que el camino de la compasión empieza comprendiendo.
Comprendemos que somos uno con todos vosotros, Si os hacemos daño, nos hacemos daño, si os amamos, nos amamos…
Deseamos transmitir a las nuevas generaciones una nueva consciencia que se base en el respeto a la vida y a la felicidad de todos los seres.
Hay muchas personas que son capaces de verlo y ya os cuidan y protegen; sin embargo, aún queda muchísimo camino por recorrer hasta que estéis libres de la violencia del ser humano. Quizás hasta que el propio ser humano se libere de su propia violencia…
Pero sabed que estamos despertando y que nuestros esfuerzos están yendo en buena dirección.
Mantener la esperanza, sabia, de que una nueva humanidad está avanzando sin tregua.
Queridos hermanos, hermanas animales, os vemos. Y en este veros, está floreciendo ya, la semilla de la transformación.
Con amor y compromiso
Vuestros hermanos humanos.