El Buda, un trabajador por la paz en medio de la violencia y los conflictos de su tiempo, dijo que el odio no puede responder al odio; sólo el amor y la compasión pueden responder al odio. Llamó a esto una verdad eterna, una ley eterna.
El conflicto actual en Medio Oriente es una respuesta a una historia larga, compleja y turbulenta. Es muy doloroso ver lo que está sucediendo allí, especialmente para los civiles de ambos lados. Hacemos un llamamiento a todos los combatientes para que pongan fin de inmediato a las matanzas y los actos de violencia. Esto es difícil pero no hay otra manera. No puede haber solución ni fin al sufrimiento si las cosas continúan como están.
Nuestro maestro Venerable Thích Nhất Hạnh, que vivió décadas de guerra en Vietnam y dedicó su vida a la paz, ha dicho que el hombre no es nuestro enemigo. «Nuestro verdadero enemigo es el odio, la ignorancia, el miedo y la semilla de la violencia en lo profundo de nuestra conciencia». Desde una perspectiva budista, las guerras en Medio Oriente, Ucrania y más allá son una manifestación colectiva de la conciencia humana; de la energía destructiva colectiva que existe dentro de la humanidad. Esta energía destructiva es una causa fundamental del sufrimiento humano. Como miembros de la familia humana, cada uno de nosotros tiene el deber de reconocer el sufrimiento dentro de nosotros y la responsabilidad de transformar «la semilla de la violencia» en una realidad de paz.
Podemos empezar resolviendo los conflictos diarios en nosotros mismos, nuestras familias, nuestras relaciones con amigos, nuestras sociedades. El mundo entero necesita practicar la paz. Siempre es posible vivir juntos. Siempre es posible sentarse y discutir la reconciliación para encontrar una solución. Necesitamos una comunidad global de personas que vivan con esta conciencia para abordar los problemas y las crisis del mundo.
En este momento difícil es importante arraigarnos en nosotros mismos y calmar nuestras emociones. Invitamos a nuestros amigos israelíes, palestinos, ucranianos y a todos los que sufren en zonas de conflicto a sentarse con nosotros para que, juntos, podamos enfriar la ira y el odio, detener acciones dañinas, abrir nuestros corazones, generar compasión e irradiar la poderosa energía. de paz.
Nuestros queridos amigos israelíes y palestinos necesitan urgentemente el apoyo de la comunidad internacional, de cada uno de nosotros. Necesitan saber que el mundo entero comparte su sufrimiento y tristeza, que les enviamos nuestro amor y oramos por su seguridad y bienestar. Este es un momento para que toda la familia humana manifieste nuestra capacidad de sabiduría, compasión, tolerancia y paz.
Como dice nuestro maestro:
No hay camino hacia la paz, la paz es el camino
Todos nuestros antepasados y descendientes cuentan con nosotros para construir una vida pacífica en la Tierra.
Con amor y confianza,
Comunidad Internacional de Plum Village