Vivimos momentos convulsos y llenos de incertidumbre a nivel global desde hace unos años. Las semillas del miedo, la angustia y la desesperanza están siendo regadas constantemente a través de los medios de comunicación. Es fácil dejarse llevar por estas energías y perder la esperanza en la naturaleza de Buda que habita dentro y fuera de cada ser humano.
Sin embargo, no hay que dejarse engañar por las apariencias. Allí dónde hay barro también crecen lotos. Allí donde hay oscuridad también hay luz. Allí dónde hay inconsciencia también hay consciencia. Ahora, más que nunca es necesario que con nuestra práctica todas y todos conectemos con la alegría de vivir, la gratitud, el juego, la esperanza y la seguridad de que la muerte no es más que una ilusión. Soltar el miedo a morir y entender que somos parte de un universo en expansión. Que estamos vivas y vivos en cada mota de polvo, cada árbol, cada nube, cada río… inseparables e indivisibles. Que no somos entidades separadas sino un mismo corazón latiendo al mismo tiempo, buscando la liberación del sufrimiento.
Con la llegada del otoño, entramos en la época del año de reflexión, profundización y recogimiento. Una práctica muy bella ofrecida por nuestro maestro Thay y que nos ayuda a soltar los miedos es la práctica de los 5 recordatorios. Recitarlos de forma habitual ayuda a calmar el miedo y conectar con la confianza en la vida y con el interser. A aceptar lo que es y no aferrarse a lo que no es. A estar en paz con nuestra naturaleza humana y entregarnos a la vida con más ganas.
También nos recuerdan la impermanencia de las cosas. Que la vida está sujeta a cambio. Que lo que tengo hoy, puedo no tenerlo mañana. A disfrutar de cada sonrisa, de cada abrazo, de cada mirada y momentos compartidos. Porque nada asegura que mañana estarás aquí conmigo. Y quiero aprovechar cada instante.
Finalmente los 5 recordatorios nos ayudan a comprender la huella que dejamos con nuestras acciones. A tomar consciencia de que “eso es” porque “esto es”. Que heredamos las consecuencias de nuestros actos y por tanto, cuidar el momento presente es cuidar nuestro futuro.
Los 5 recordatorios dicen así:
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Por mi naturaleza estoy destinado a envejecer. No hay forma de huir del envejecimiento.
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Por mi naturaleza estoy destinado a caer enfermo. No hay forma de huir de la enfermedad.
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Por mi naturaleza estoy destinado a morir. No hay forma de huir de la muerte.
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Todo cuanto quiero y las personas a las que amo tienen la naturaleza del cambio. No hay forma de evitar tener que separarme de todo ello. No puedo retener nada. Vengo con las manos vacías y me voy con las manos vacías.
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Mis acciones son lo único que realmente me pertenece. No puedo huir de las consecuencias de mis acciones. Ellas son mi continuación.
Os invitamos a recitarlos con vuestras Sanghas o de forma individual y a disfrutar de los frutos de su práctica.