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Thây visitó España en mayo del 2014

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Una mirada a la gira de Thich Nhat Hanh en España 
Nos mostró un antes y un después.

Nosotros, la sangha de Thây, tuvimos un sueño.
Pero no sabíamos cuál era el camino exactamente. Desconocíamos las inclemencias y sus dificultades.
Desconocíamos nuestra capacidad frente a él. Pero nos mantuvimos obstinados en que así fuese.
La Gira se inició con la fantasía de algunos monjes muy hermanados con la Sangha española, Phap Luu y Phap Lieu. Sus palabras llegaban a los practicantes sin ser tomadas demasiado en serio. Ni los más veteranos daban crédito. Por fin cuajó la propuesta en nuestro encuentro de Zaragoza en febrero de 2013 y nos propusimos invitar a Thay para realizar una gira en España.
El hermano Miguel  nos envió una carta por esas fechas, que empezaba tal que así: “Sin querer desanimar a nadie, debéis saber que una gira de Thay no se organiza en fines de semana y que os demandará, durante un año entero, toda vuestra energía…” Y la clavó. Pero él se mantuvo a nuestro lado hasta que echamos a andar.
Y fuimos paso a paso, sonrisa a sonrisa y encajando mal tragos cuando los hubo.
Sentíamos la presencia de la sangha, pero había que aproximarla aún más, implicarla y organizarla. Eso fue todo un reto para todos nosotros.
Había que demostrar a la hermana Thoai Nghiem que éramos capaces de llevar a cabo semejante hazaña y que estaba todo bajo control. Fuimos hábiles y conseguimos convencerla. Pero nosotros seguíamos temblando sin saber cuánto había de emoción en ello y cuánto de temor.
Cuando decides compartir de corazón, te surge una energía única e indescriptible.  Algo habíamos oído hablar. Y así fue.
Sin venir y sin partir, Thay ya estaba allí, con nosotros. Pero la llegada de Ramón y Pilar Raider fue una bendición. “El núcleo duro”, como equipo de organización lo iniciamos, Pilar Aguilera, Ben y Pep. Con Ramón y Pilar pasó a ser de cinco miembros y nuestro horizonte se ensanchó muchísimo con ellos.
El anecdotario es infinito. Las vivencias, encuentros, chalecos, viajes, zafus, libros, permisos, apuros económicos y reuniones (muchas reuniones) iban marcando el camino. Con los grupos de trabajo de cada evento la Sangha de la Gira creció y creció, incluso con nuevos practicantes que se fueron implicando en el día a día. A partir de octubre de 2013 las puertas de la participación organizada se abrieron en cada equipo de trabajo de una forma muy hermosa.
Todo seguía pareciendo un sueño, pero a partir de ahora, viviéndolo desde dentro.
Thay saboreó muchas emociones en la gira. Y sencillamente las compartió con la  sangha que le acompañaba. Con los que estábamos allí. Disfrutó de la cantidad y la calidad de cada acto y se emocionó en más de una ocasión. Podemos afirmar que se emocionó. Sin lugar a dudas.
En el Lope de Vega bajo los decorados camuflados del “Rey León” dio su primera charla directa al corazón. ¡Zas!
Ahí, en el estreno, se encendió “el primer globo” con el logo de Plum Village y vimos con claridad que todo había valido la pena.
En el retiro del Escorial, nuestro Thay nos hizo sentir como la Comunidad de Fresnos que nos acompañaba en la dehesa a diario. Pura fraternidad. Nos despertábamos con ellos y su meditación en silencio. Desayunábamos como ellos aprovechando la frescura del rocío. Cada comunidad escuchaba la charla de su Maestro, ellos al Sol, y nosotros a Thay en la gran sala. La meditación caminando transcurría entre fresno y fresno, bajo su atenta y respetuosa mirada. El compartir del Dharma era profundo hasta las mismísimas raíces. Nuestra conexión era evidente e imperceptible a la vez. Y cada día antes de dormir, practicábamos todos nuestro  “EMPEZAR DE NUEVO” con la voluntad de seguir unidos en la más noble de las fraternidades. Interser en estado puro.
En el Fórum de Barcelona las 3.300 localidades se completaron y la hermana Chan Khong desde el escenario nos fotografió a todos como si de una gran familia se tratase con su diminuta cámara de bolsillo. Thay aprovechó de nuevo la oportunidad para conectar corazones, provocando reconciliaciones a distancia entre hermanos, amigos, parejas, padres e hijos y fomentando abrazos de puro amor entre los que allí estábamos sentados y muchos otros no presentes.
En la Universidad de Barcelona su presencia fue mágica. La nobleza del edificio encajaba a la perfección con las Cuatro Nobles Verdades y el Óctuple Sendero en boca de Thay. Todas sus enseñanzas resonaron en el Paraninfo de la UB, para dejar huella con nuestras Escuelas Despiertas en su dulce despertar. Su intención no fue otra que plantar semillas en el lugar apropiado. Y así fue.
Nuestro Thay no pudo evitarlo. Un día salió a hurtadillas arropado por algunas hermanas hacia el mercado de la Boquería, donde pudo degustar frutas exóticas de su propio país, Vietnam. También consta que algún sabroso helado contactó con él, sorprendidos ambos por tan bello y sorprendente encuentro, en su obligado paseo por las Ramblas de Barcelona. A una hora prudente volvió a la casa de espiritualidad de St. Felip Neri, donde estaban alojados y allí compartió sus experiencias con todos los presentes. La acogida que dispensaron las hermanas  Filipenses y su voluntariado a Thay fue una manifestación de cariño muy bonita, en pura armonía.
El acto de cierre de la gira fue en el Arc del Triomf. Y en él Thay aprovechó la desbordante asistencia para dar una charla del Dharma no prevista, guio una profunda meditación en silencio en pleno corazón de la ciudad y el acto se amenizó con unos cantos a la vida angelicalmente dirigidos por Luis y Luisa.
A esta altura del sueño, todo era trepidantemente increíble.
Y nos seguían pasando cosas, por dentro y por fuera. Con más o menos conciencia y mucha emoción veíamos que la gira iba llegando a su fin. 
Algunos monásticos prorrogaron su estancia para un curso de Escuelas Despiertas. Thay volvió sano y salvo a Plum Village con el equipaje bien cargadito de vivencias y las mejores sonrisas de España. La comunidad monástica habló de nuestro país durante semanas mientras degustaban la selección de olivas que les regalamos y algún que otro queso de contrabando.
Pero la gira de Thay en nuestro país, no se cerró con su regreso a Plum, su esencia continuó con un crecimiento exponencial de las sanghas, de practicantes, de la Orden del Interser y la solidez de la CBI como entidad organizadora.
Al despedirse del equipo quedaba claro el encargo. Thay quiere volver a España.
Y por eso seguimos aquí recibiéndolo a diario.
Gracias Thay por ayudarnos a cumplir nuestro sueño.

( Pep ráfols/ sangha del Maresme )

 

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