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Oración de Año Nuevo a la Madre Tierra y a todos nuestros antepasados

 

Querido amado Thay, queridos amados antepasados, querida amada Madre Tierra:

Nos hemos reunido como una gran sangha en este momento solemne del Año Nuevo para expresar nuestra gratitud y aspiración como una familia espiritual y para empezar de nuevo. Sabemos que vosotros, nuestros antepasados, estáis presentes en este mismo momento, y que siempre estáis ahí para que nos refugiemos en vosotros. Mientras tocamos la tierra esta noche, nos sentimos profundamente conectados con todos vosotros y con nuestra querida Madre Tierra: nuestro hermoso planeta azul, el Gran Bodhisattva Refrescante, fragante y fresco, amable e inclusivo, que nos acepta a todos. Madre Tierra, todos nosotros somos tus hijos y, a pesar de nuestros numerosos errores y defectos, cada vez que regresamos a ti, siempre estás dispuesta a abrir tus brazos y abrazarnos.

Amado Thay, muchas veces en el pasado hemos permitido que la incertidumbre riegue las semillas de la inseguridad y el miedo en nuestros corazones. Hemos dudado en refugiarnos en el camino y hemos tenido dudas sobre nuestra familia y comunidad. No hemos sido sinceros en nuestra práctica. Hemos permitido que nuestras emociones fuertes y percepciones erróneas nos agobien, surgiendo sentimientos de impotencia, separación y desesperación.

Conscientes de ello, queremos empezar de nuevo y recordarnos a nosotros mismos nuestro compromiso de practicar sinceramente, refugiarnos en nuestra amada comunidad, y ser una continuación de Thay y de todos nuestros antepasados espirituales. Aspiramos a vivir más profundamente cultivando nuestra respiración y caminar conscientes en nuestras actividades diarias, que sabemos que son tus prácticas favoritas. También sabemos que amas construir Sangha, y prometemos continuar con tu trabajo de construir la hermandad con todo nuestro corazón, aunque a veces pueda parecer un reto. No dejaremos la práctica, ni abandonaremos a las personas que amamos o a nuestra comunidad; sino que aspiraremos a escuchar profundamente y ayudarnos unos a otros, no abandonando nunca a nadie, incluso a los que nos hagan sufrir.

Madre Tierra, como una familia humana, en nuestra búsqueda errónea de la felicidad, hemos permitido que la avaricia y el consumismo prevalezcan. Hemos estado persiguiendo el estatus, el poder, las posesiones materiales y las comodidades sensuales, olvidando que estas cosas nunca pueden darnos la felicidad y la libertad verdaderas. Te hemos causado mucho daño y también a nosotros mismos explotando nuestras montañas y ríos, maltratando nuestros bosques y a otras especies, contaminando nuestra atmósfera y causando que pierdas tu belleza y equilibrio.

Estamos determinados a simplificar nuestra vida y recordar que, en este momento, ya tenemos suficientes condiciones para ser felices. Nos comprometemos a vivir más profundamente y con gratitud, conscientes de que simplemente estar vivo ya es un milagro. En el próximo año, estamos determinados a consumir menos y esforzarnos para vivir de forma más sostenible por nosotros mismos y por ti, Madre Tierra.

Queridos antepasados, hemos permitido que el miedo, el fanatismo y la intolerancia nos dividan como familia humana. Nos hemos causado sufrimiento unos a otros, discriminado en base a la religión, la etnia y la nacionalidad. Hemos cerrado nuestros corazones y nuestras fronteras, por miedo e ignorancia. Hemos causado guerras, terror y conflictos unos con otros y hemos permitido que la militarización de nuestra sociedad incremente. Hemos olvidado que somos interdependientes y que nuestra propia felicidad y sufrimiento están profundamente conectados y que dependen de la felicidad y el sufrimiento de los demás.

Confiamos en que dentro de nosotros, está la sabiduría de la no discriminación y la gran compasión que nos habéis transmitido todos vosotros, nuestros maestros espirituales, nuestros antepasados y la Madre Tierra. Estamos determinados a permanecer en el camino, a mantener nuestros corazones abiertos y a soltar nuestro orgullo para que pueda prevalecer el entendimiento y el amor.

Mientras tocamos la Tierra, expresamos nuestra gratitud a ti, nuestro amado maestro Thay, a nuestros antepasados y a la Madre Tierra. Hemos encontrado el camino de la práctica y una familia espiritual en la que refugiarnos. Hemos experimentado alegría, paz y transformación. Hemos probado la libertad de soltar nuestras ideas y conceptos. Hemos sentido la fuerza y el calor de la hermandad, y sabemos que juntos podemos afrontar nuestros retos y realizar nuestra aspiración. Prometemos, en este momento solemne, continuar construyendo nuestra familia, nuestra comunidad y abrir el camino a nosotros mismos y a nuestros descendientes.

Querido Thay, queridos antepasados, querida Madre Tierra, por favor aceptad nuestras ofrendas de incienso, flores, fruta y té, como una señal de nuestra profunda aspiración, respeto, gratitud y amor.

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