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Las cuatro nobles verdades

 

Hablamos acerca de las cuatro nobles verdades como la estrategia de Buda para tratar el malestar, de tratar el sufrimiento. Buda siempre repitió que solo hablaba del sufrimiento y de aliviar el sufrimiento. No deberíamos olvidar la última mitad de la oración. No solo habla de sufrimiento, habla de la transformación, del alivio del sufrimiento. Y hemos de comprender las cuatro nobles verdades bajo esa luz. Porque las cuatro nobles verdades no solo tratan del sufrimiento, tratan de otra cosa.

Sabemos que la primera noble verdad es el malestar, la presencia del malestar, que supone sufrimiento. El malestar como una realidad, como algo que está ahí, que tenemos que aceptar. El sufrimiento es una realidad. Si no aceptas esa verdad, no podrás avanzar. Todos sabemos que el sufrimiento está dentro y a nuestro alrededor. Así que estamos de acuerdo con Buda en que el malestar está ahí.

Inmediatamente vemos la segunda noble verdad, que es el origen del malestar. Si el malestar está ahí, debe haber una causa. Así que si aceptamos la primera verdad hemos de aceptar la segunda. Es el origen del malestar. Porque sabemos que todo tiene una causa, todo tiene sus raíces. Así, la segunda verdad es sobre la causa, la raíz, el origen. Hemos debido vivir de tal manera que el sufrimiento se ha hecho real. Supón que sufres una depresión. Una depresión es malestar. Hemos debido vivir de tal manera que la depresión se ha convertido en una realidad. La depresión es la primera verdad, y el modo de vida que la ha causado es la segunda verdad. Y hemos de aceptar eso como una verdad.

La tercera noble verdad es la afirmación de que el malestar puede ser transformado. Esto es algo positivo, es la buena noticia de que es posible transformar el malestar. Lo que en el lenguaje antiguo es el cese del malestar. El cese del origen del malestar. Hay esperanza, hay algo seguro, porque algunos de nosotros somos capaces de transformar ese malestar, ese sufrimiento. Algunos de entre nosotros hemos superado la depresión. Esa es también una verdad que debes aceptar.

Eso lleva necesariamente a la cuarta verdad. Debe haber un camino, debe haber una causa para que el cese del malestar sea posible. De otro modo, ¿cómo sería posible detener el sufrimiento y disfrutar de bienestar? Así pues, es lógico mencionar la cuarta noble verdad, que es el camino que conduce al cese del malestar. El camino que conduce al cese de la causa del malestar: eliminas la causa y el fruto desaparecerá. Tienes que eliminar la causa. No puedes eliminar el efecto, tienes que eliminar la causa. La depresión es similar. Si tomas algún medicamento para sentirte algo mejor, eso no es tratar la causa de la depresión. Tienes que ver la causa de tu depresión, tienes que darte cuenta del modo de vida que te ha causado esa depresión y ocuparte de esa causa. Así que el cese, en este caso, es el cese de la causa del malestar.

Ese es nuestro lenguaje. Pero en el siglo XXI podemos utilizar otro lenguaje. Los jóvenes maestros del Dharma pueden estar interesados en utilizar este tipo de lenguaje, ya que el cese del malestar supone un nuevo principio, la presencia del bienestar. Así, la tercera noble verdad puede ser descrita como la presencia del bienestar. Buda dijo: «Cuando la oscuridad no está ya ahí, la luz está ahí». La ausencia de oscuridad supone la presencia de la luz. Y lo repitió muchas veces: la ausencia de oscuridad supone la presencia de la luz. Luego la ausencia de malestar supone la presencia de bienestar. Es tan lógico… Por tanto, la cuarta noble verdad no solo habla de sufrimiento, habla sobre la felicidad. Y la tercera noble verdad trata sobre la felicidad. Buda habla del sufrimiento, pero también habla de felicidad. Así que podemos decir que la enseñanza de Buda es sobre la felicidad. En la primera noble verdad habla de malestar, infelicidad, sufrimiento. En la segunda noble verdad, la tercera y la cuarta nobles verdades habla de la posibilidad de felicidad, de ser feliz. El modo de vida, el camino que lleva a la felicidad, el camino que lleva al cese del malestar, supone el camino que lleva a la presencia del bienestar, es lo mismo. Así que la cuarta noble verdad es el camino que lleva a la felicidad, al bienestar. El camino a la felicidad, el camino que lleva a la felicidad.

Así que si quieres hablar a los jóvenes, a los adolescentes, sobre las cuatro nobles verdades, puedes querer utilizar este nuevo lenguaje, de manera que lo reciban más fácilmente. Hay un camino que lleva a la felicidad. Y deberíamos aprender ese camino. La segunda noble verdad puede también concebirse como un camino. Pero no es el camino que lleva a la felicidad, no es el camino que lleva al bienestar. Es el camino que lleva al sufrimiento, y muchos de entre nosotros hemos tomado ese camino. Nosotros también podemos hablar de la segunda noble verdad en términos de camino, el camino que lleva al malestar. Y, por supuesto, el primero es el malestar.

El primer discurso ofrecido por Buda acerca de su visión profunda, su “insight” es sobre las cuatro nobles verdades. Tras la iluminación, permaneció varios días disfrutando de su iluminación. Después partió en busca de sus cinco amigos y compartió su visión profunda. Caminó hacia el Parque del Ciervo, hasta Benarés, porque alguien le había dicho que sus compañeros de práctica estaban allí. Él quería primero ir y ayudarles. Quería compartir su visión profunda con sus amigos, sus compañeros de práctica, antes que nada. Y su primer discurso fue sobre las cuatro nobles verdades.

La cuarta noble verdad habla del camino, del llamado Noble Óctuple Camino. Sabemos que este camino se compone de comprensión correcta, visión correcta, pensamiento correcto, habla correcta, acción correcta, etc. El camino de la acción correcta. Y es descrito como un camino noble, “arya”, noble. Pero el otro camino no es noble, el otro camino tan solo lleva a la destrucción, a la separación, a la muerte, a la desesperación. Ese camino no es un noble camino, es un camino innoble. El camino de la ira, el camino de la discriminación, el camino de la violencia, el camino de la ignorancia, el camino de la desesperación, el camino innoble.

Así que al menos podemos decir que la enseñanza de las cuatro nobles verdades habla del sufrimiento, pero también habla de la felicidad. La felicidad es posible, la transformación, la sanación son posibles. Pero, ¿se puede enseñar solo sobre la felicidad, sin enseñar sobre el sufrimiento? ¿Por qué Buda no habló sobre la felicidad, el camino que lleva a la felicidad? ¿Por qué tuvo que hablar del sufrimiento y del camino que lleva al sufrimiento? Porque descubrió que en el fondo felicidad y sufrimiento interson, están unidos mutuamente, malestar y bienestar están unidos mutuamente. Y esta es una visión muy profunda que será revelada a sus estudiantes más tarde. El interser entre felicidad y sufrimiento. Si no vemos eso, nos es imposible ver la verdadera naturaleza de la ética y moralidad budistas.


Aquellos de entre nosotros que hemos estudiado y practicado en la tradición de Plum Village sabemos que el sufrimiento desempeña un cierto papel en nuestra práctica. Cada uno de nosotros necesita alguna cantidad de sufrimiento para practicar. Y hablamos sobre la bondad del sufrimiento.

A veces el sufrimiento es útil, el sufrimiento puede enseñarnos, y por ello el sufrimiento tiene algo que ver con la felicidad. Este es el significado de una cierta visión profunda, “insight”. Vemos el pensamiento no dualista en el budismo, lo que es muy importante. Cuando vienes a Plum Village en los meses de junio o julio, ves los lotos en flor. Sabes muy bien que no puedes plantar un loto sobre mármol. Debes plantarlo en el barro. Si no hay barro, no hay loto. Así que si quieres tener flores de loto, tienes que conseguir un poco de barro. Si miras profundamente en la naturaleza del loto, verás el barro en él. No necesitas mirar el barro, debes mirar el loto y verás el barro en el loto, no puedes desprender el barro del loto. Si lo haces, el loto dejará de ser un loto. El loto está hecho de barro. La felicidad está hecha de sufrimiento. Es difícil comprenderlo al principio, pero esa es la verdad.

Hay una disciplina dentro de la filosofía, llamada metaética, que trata de este problema. El uso del fundamento ontológico de la moralidad, el fundamento epistemológico de la moralidad y la ética. Es una disciplina reciente pero muy importante. Si queremos hablar sobre un código de correcto comportamiento, un código de correcta conducta ofrecido por la tradición budista, deberíamos prestar atención a los fundamentos de esa enseñanza. Deberíamos comprender la naturaleza de interser de todas las cosas. Deberíamos comprender la naturaleza del vacío, no yo, interser, ausencia de signos, para comprender realmente las enseñanzas de Buda sobre las cuatro nobles verdades. En un retiro de 21 días tenemos el tiempo y la oportunidad de hacerlo. El sufrimiento está relacionado con la felicidad. Algunos de entre nosotros preguntan: «¿Por qué el sufrimiento, el malestar, como una verdad? ¿Podemos llamarla noble? Las cuatro nobles verdades, ¿qué hay de noble en el sufrimiento? ¿Qué hay de noble en el malestar? El malestar no debería ser noble, el sufrimiento no debería ser noble, solo la felicidad debería ser noble». Lo cierto es que si no comprendes el sufrimiento, tampoco comprenderás la felicidad, tampoco podrás comprender la felicidad. Si no tienes barro, nunca podrás hacer crecer lotos. Por tanto hemos de estudiar el malestar y el sufrimiento de manera que nos ayude a comprender realmente la naturaleza de la felicidad y el camino que lleva a la felicidad.

Normalmente solemos pensar en el Reino de Dios o en la Tierra Pura de Buda como si se tratara de un lugar en el que no existe el sufrimiento. Solo pura felicidad, puro éxtasis, no hay sufrimiento. No queremos aceptar que en el Reino de Dios hay sufrimiento. Si hay sufrimiento no puede ser llamado el Reino de Dios. Y hay budistas que también piensan así, que en la Tierra Pura de Buda no debería existir ningún tipo de sufrimiento, solo éxtasis, solo sukkha, no dukkha. Pero lo cierto es que si definimos la felicidad como la capacidad de comprender y amar, sin comprensión y amor no sería posible ninguna felicidad. Quieres ir al Reino de Dios porque allí hay comprensión y amor. Aquí abajo no tenemos bastante comprensión y amor. Es por ello que sufres tanto, estamos sedientos de comprensión y amor, nos quejamos de que nadie nos comprende, nadie nos ama, si la gente nos comprendiera, nos amaría. ¿Por qué deberíamos irnos a algún otro lugar? Así que buscamos un lugar donde haya comprensión y amor, lo que significa felicidad. Los elementos, las sustancias que componen la felicidad son la comprensión y el amor. Definimos el reino de Dios como un lugar en el que hay comprensión y amor, ¡en cantidades enormes! Pero si practicas el mirar profundamente, y mirar profundamente es meditación, si practicamos mirar profundamente, vemos que sin comprensión, sin estar en contacto con el sufrimiento, sin comprender el sufrimiento, no puedes amar. La compasión, el amor nacen de la comprensión. ¿Cómo puedes amar si no comprendes? ¿Cómo puede el padre amar a su hijo si no comprende el sufrimiento, las dificultades de su hijo? ¿Cómo puede un marido amar y hacer feliz a su mujer si no sabe nada de las dificultades y el sufrimiento de su mujer? Si quieres amar y hacer feliz a alguien, deberías preguntarte a ti mismo: «¿Le comprendo lo suficiente? ¿Comprendo lo suficiente a esa persona?». Y puede que quieras ir hacia ella y preguntarle: «Cariño, ¿crees que te comprendo lo suficiente?». Y ella te lo dirá. No le has comprendido bastante, es seguro. Y ella puede ayudarte: «Cariño, como quiero amarte y hacerte feliz, quiero comprenderte, en primer lugar tus dificultades, tu sufrimiento, el actual y el de tu infancia. Por favor, dime, ayúdame, porque sé bien que si no te comprendo, cometeré muchos errores». Ese es el lenguaje del amor.

Así que comprender es, en primer lugar, comprender el sufrimiento, las dificultades, sufrimientos, bloqueos. Comprendes la desesperación, la frustración, las dificultades, el dolor de la persona que amas. Pero si realmente has comprendido tu propio dolor, tu propia angustia, tu propia desesperación, comprenderás más fácilmente la angustia, la desesperación y el dolor de la otra persona. Porque el malestar está dentro de nosotros y a nuestro alrededor. Si comprendemos la naturaleza del malestar interior, nos será más fácil comprender la naturaleza del malestar a nuestro alrededor. Así que la cuarta noble verdad debería ser orientada hacia uno mismo y hacia el mundo, no solamente hacia el mundo. Hacia uno mismo. La comprensión de uno mismo es muy importante para comprender a la otra persona. Y comprensión aquí es ante todo comprensión del malestar, comprensión del sufrimiento.

En nuestra tradición existen aquellos como Avalokiteshvara. Saben cómo escuchar, saben cómo observar, saben cómo mirar. Por eso pueden comprender. Y cuando comprendes el sufrimiento de una persona puedes aliviar gran parte de su sufrimiento. Porque cada uno de nosotros tiene hambre de comprensión. Muchos nos quejamos de que nunca hemos sido comprendidos, nadie nos ha comprendido. Así pues, cultivar la comprensión para comprender a las personas que nos rodean es una práctica de base. Y comprender es, ante todo, comprender el malestar. Una meditación sobre la primera noble verdad.

Muchos de nosotros tenemos miedo del malestar, tenemos miedo del sufrimiento, y la tendencia natural es intentar huir del malestar, del sufrimiento. Por eso perdemos una oportunidad. En la enseñanza budista te aconsejan permanecer con tu sufrimiento, abrazar tu sufrimiento, tu malestar, con cariño, y mirar profundamente en él. Es la práctica de la primera y la segunda noble verdad. Si no comprendes la naturaleza de tu malestar, si no has visto el camino que lleva al sufrimiento, no puedes ver el camino, no puedes tener la esperanza de que exista el bienestar y el camino que lleva al bienestar. La meditación sobre las dos primeras verdades te llevará a la comprensión, a alcanzar la tercera y cuarta nobles verdades. Por eso, un budista no puede hablar únicamente de la felicidad y no hablar del sufrimiento. También es cierto que Buda no puede hablar únicamente sobre sufrimiento sin hablar sobre felicidad. Porque sufrimiento y felicidad interson, como el barro y el loto, uno haciendo al otro. Podemos aprender mucho del sufrimiento, hemos de entrar en contacto con el sufrimiento, hemos de mirar profundamente en la naturaleza del sufrimiento, y eso producirá algo que nos ayudará a cultivar la comprensión y la compasión. Sin eso, no podemos ser una persona feliz, sin eso no podemos hacer feliz a otra persona. Por eso comprender el sufrimiento es muy importante, por eso en Plum Village hablamos de la bondad del sufrimiento. Si hemos sufrido, eso es bueno. Tenemos material para aprender, para investigar sobre la posibilidad de la felicidad, de ser feliz.

Imagina que mandas tus hijos a un lugar en el que no hay sufrimiento. Y tu hijo no tiene suficiente comprensión y amor. En un lugar en el que no hay sufrimiento, ¿cómo puede un niño aprender a comprender y a ser compasivo? Si el reino de Dios no contiene sufrimiento, no quiero ir allí, no quisiera mandar allí a mis hijos, porque no es un buen sitio para aprender. Mi definición de Reino de Dios es un lugar donde hay mucha comprensión y compasión. Pero eso implica que el sufrimiento está ahí, porque sin sufrimiento nunca podrás cultivar la comprensión y el amor. Cuando ves que en Lower Hamlet hay muchas flores de loto, eso quiere decir que hay barro en Lower Hamlet. Si no hay barro, no hables sobre flores de loto, porque las flores de loto no pueden existir sin el barro. Basta con decir que el Reino de Dios es un lugar donde hay mucha comprensión, compasión y amor. Allí la gente sabe cómo utilizar el sufrimiento para fabricar comprensión y amor. Porque es con sufrimiento que podemos fabricar comprensión y amor.


Como practicantes tenemos que ver la naturaleza del interser entre dukkha y sukkha. Malestar y bienestar interson. Es como la izquierda y la derecha, no puedes eliminar la derecha y guardar solo la izquierda, aunque estés decidido a eliminarla utilizando una espada para cortarla en dos mitades. Tan pronto como tiras la otra mitad, este extremo se convierte en la derecha. No te puedes deshacer de la derecha. Muchos de entre ustedes están políticamente en la izquierda. No deseen que la derecha desaparezca, si la derecha desaparece ustedes también desaparecerán. Así que allí donde esté la izquierda, está la derecha. Allí donde está el loto, está el barro. Allí donde hay comprensión y amor hay sufrimiento. Necesitamos el sufrimiento como materia prima para fabricar felicidad.

Hemos de comprender la primera enseñanza de Buda bajo esa luz. Parece muy simple, pero es muy profunda. El interser, la naturaleza del interser del malestar y el bienestar. Y el segundo camino, aunque es llamado camino innoble, es una noble verdad. Hemos de comprenderlo. Si no comprendes la segunda verdad, la cuarta nunca podrá aparecer ante nosotros. Al comprender la segunda noble verdad, de repente, el camino, el noble camino, nos es revelado. No es correcto decir que primero tengo que comprender la verdad del malestar y después avanzo hacia la comprensión de la verdad del origen del malestar. No es así, esa no es la manera. Sabemos que las cuatro interson, una contiene todas las demás. Así que estudia y practica de manera que cuando observes una de las verdades veas las otras tres en ella.

Supón que pedimos a un político que nos hable de una situación en los términos de la primera noble verdad. Hablará de pobreza, injusticia social, hambre, violencia, discriminación Creo que los políticos piensan más en el poder de compra, el desempleo, la crisis económica, la recesión, etcétera. Cuando preguntes a un ecologista, alguien que defienda el ecosistema, hablará de contaminación, calentamiento global. Pero los políticos hablan primero de cosas como la recesión, la pobreza, la injusticia social o el hambre, empleo, alcohol.

Pero personas como nosotros, buscadores espirituales, practicantes de meditación, cuando nosotros hablamos de malestar intentamos profundizar más. Aún no hemos llegado a la raíz, solo al síntoma. Queremos profundizar más, ser más precisos, queremos ser más específicos, queremos ir hasta el principio. Por ello podemos hablar de la tensión en el cuerpo, el dolor del cuerpo, la tensión en la mente, el dolor en la mente, que es algo que está ahí en este preciso momento. Nos interesa acabar con la pobreza, acabar con la injusticia social, ocuparnos del problema del calentamiento global y la recesión económica. Pero, ¿qué pasa con la tensión corporal que sientes constantemente? El dolor en tu cuerpo y la dolorosa sensación de no tener a dónde ir. Hemos de abordar estas cosas, queremos ocuparnos de sus raíces, porque puede que estas cosas, si no están bien atendidas, produzcan otras muchas cosas. Este es el método del que habló Buda. Él no comenzó por el sufrimiento de la injusticia social, la pobreza, el hambre, él comenzó con la falta de paz en nuestro cuerpo y en nuestra mente.

Por tanto, tenemos algo con lo que contribuir. Tenemos una voz. Queremos abordar todo ello de una manera realista, desde la raíz. En el Sutra de la plena conciencia de la respiración, Buda propone dieciséis ejercicios de respiración consciente para abordar todos los sufrimientos básicos del ser humano. Hay una empresa cinematográfica en Vietnam que está haciendo una película con el título: «Los dieciséis ejercicios de respiración para ayudar a salvar el mundo». Vendrán a Plum Village el mes que viene. Nosotros les apoyamos, ellos saben lo importante que es el cuidar de nosotros mismos antes de poder cuidar del mundo.

El primer ejercicio propuesto por Buda es prestar atención a tu inspiración y tu espiración: «Inspirando, sé que esta es mi inspiración; espirando, sé que esta es mi espiración». Este ejercicio sirve para identificar tu inspiración y tu espiración. Es muy sencillo, pero cuando llevas tu atención a tu inspiración y a tu espiración dejas de pensar en el pasado, dejas de pensar en el futuro. Empiezas a regresar a ti mismo. Regresar a ti mismo es lo primero que hay que hacer, incluso para los políticos, los economistas y todos los demás. Si no regresas a ti mismo, no estás en plenitud de tus facultades, no puedes salvar el mundo de la mejor manera posible, ¿no es cierto? Tienes que ser tú mismo para ser lo mejor de ti mismo. Y Buda nos enseña que hemos de ser lo mejor de nosotros mismos. La filosofía del ser como fundamento de la filosofía de la acción. Cuando prestas atención a tu inspiración y tu espiración, dejas el pasado, dejas el futuro, regresas al momento presente, traes tu mente de vuelta a tu cuerpo. Tocas el momento presente, ¡estás vivo!

El segundo ejercicio es seguir tu respiración desde el principio al final: «Inspirando, sigo mi inspiración, desde el principio hasta el final; espirando, sigo mi espiración, desde el principio hasta el final». Así, tu plena conciencia permanece constante, eres realmente consciente, estás realmente concentrado, y, con certeza, estás aquí, cuerpo y mente unidos, bien establecido en el aquí y el ahora. Puedes tocar la vida, puedes abordar las circunstancias de tu vida.

Estos son los dos primeros ejercicios. Todo buen practicante en nuestra tradición debería dominar el identificar la respiración y seguir la respiración. Así estás aquí, realmente vivo, realmente tú, para que puedas empezar a abordar tus problemas y los problemas del mundo.

El tercero es: «Inspirando, soy consciente de mi cuerpo, de todo mi cuerpo». Primero tienes que tratar tu cuerpo, porque en tu cuerpo hay acumulación de tensión y dolor. No puedes ser lo mejor de ti mismo si no sabes cómo aliviar la tensión y el dolor en ti. Así, el tercer ejercicio es una especie de reunión familiar entre mente y cuerpo. Y tu mente se convierte en mente corpórea. Tu mente ya no es un vagabundo, tu mente está en el hogar de tu cuerpo, y tu mente es una mente corpórea, es mente verdadera. Mente y cuerpo se unen, y tú estás realmente aquí.

Con el tercer ejercicio relajas tu cuerpo, y en ese mismo momento notas que hay tensión y dolor en tu cuerpo. Y te gustaría hacer algo para mejorar la situación. Ese es el cuarto ejercicio recomendado por Buda: «Inspirando, relajo toda la tensión en mi cuerpo». Existe la recesión económica, claro, existe el calentamiento global, claro, quiero hacer algo, pero quiero ser lo mejor de mí antes de poder tratar ese tipo de asuntos. Sabemos que la tensión corporal se ha ido acumulando a causa de ti mismo, a causa de nosotros mismos. No practicamos la relajación total profunda. No hacemos las cosas relajadamente. Siempre corremos, esto se ha convertido en un hábito colectivo. Toda la sociedad hace lo mismo. El estrés, la depresión, se han hecho universales. Piensa sobre la cantidad de medicinas, sedantes, tranquilizantes que se consumen. Muchos de nosotros necesitamos ser sedados con medicamentos. Pregunta sobre cuántos fármacos consume cada día la gente en Francia.

La práctica de la meditación enseñada por Buda no nos invita a soñar, al contrario, nos enseña a afrontar la realidad de la vida. Como estás realmente ahí sabes cómo abordar, cómo manejar la situación. Ya desde el principio aprendes a manejar tu inspiración y tu espiración, y entonces aprendes a manejar tu cuerpo. La acumulación de tensión provocará todo tipo de enfermedades. Aflojar la tensión disminuirá el dolor en tu cuerpo. Cuando hay menos tensión, el dolor es menos activo. Y el cuarto ejercicio de respiración consciente es para aportar bienestar a tu cuerpo.

Las cuatro nobles verdades, el camino. Hay una manera de respirar que puede ayudar a aflojar la tensión y el dolor, que puede reducir dukkha, el malestar, y provocar algo de bienestar. Si conoces la exacta forma de respirar y empiezas a respirar así, el cambio, la transformación, comenzará al instante. Así, en una sola inspiración puedes practicar las cuatro nobles verdades. Reconoce la tensión que está en el cuerpo, el dolor del cuerpo, reconoce la tensión y el dolor en el cuerpo, e inspira de manera que te ayude a aflojar la tensión en el cuerpo. Las cuatro nobles verdades pueden ser reconocidas en una inspiración o espiración. Cuando practicas el caminar conscientemente, das cada paso de manera relajada, libre. ¿Por qué? Porque estamos libres del pasado y del futuro. Cada paso puede también aflojar la tensión en tu cuerpo, y reducir el dolor en tu cuerpo. Algunos de entre nosotros practicamos la meditación caminando y nos curamos a nosotros mismos. Por eso es tan importante aprender el arte de caminar, para que cada paso pueda aflojar la tensión, no solo en el cuerpo sino también en la mente.

El séptimo ejercicio de la respiración es reconocer, identificar la sensación dolorosa. El tercero es identificar, reconocer el cuerpo. El primero es identificar la inspiración y la espiración. El segundo ejercicio es seguir la inspiración y la espiración durante toda su duración. El tercero es identificar, reconocer, ser consciente del cuerpo: «Inspirando, soy consciente de todo mi cuerpo». Ese es el tercer ejercicio. y si somos plenamente conscientes, vemos que hay tensión y dolor en él. Por eso necesitas el cuarto ejercicio: relajar la tensión en el cuerpo. Eres consciente de tu cuerpo, del dolor y la tensión, y quieres hacer algo para aflojar la tensión y el dolor en tu cuerpo. En el séptimo ejercicio, te haces consciente de la sensación dolorosa en ti, el malestar, la primera noble verdad. Hay una sensación dolorosa en ti y quieres ocuparte de esa sensación. Ya sabes cómo ocuparte de tu cuerpo, ahora aprendes a ocuparte de tus sensaciones.

El octavo ejercicio de respiración es aflojar la tensión en la sensación. La traducción oficial es «calmar las sensaciones». Calmar es relajar. Consciente del cuerpo, calmar el cuerpo; consciente de la sensación, calmar la sensación. En el canon chino utilizamos un término que significa parar. Ayudarlo a parar. No tienes que neutralizarlo, no tienes que luchar contra ello, no necesitas emplear la violencia, tan solo le ayudas a parar. Esa palabra china también significa parar, calmar, aflojar. Esto se aplica a nuestro cuerpo y a nuestras sensaciones. Hemos de parar la tensión, el dolor en nuestro cuerpo. Debe existir un método no violento, un método amable de ayudar a tu cuerpo a aflojar la tensión y el dolor. Eso es parte de la práctica, y todo buen practicante de meditación debería saber cómo respirar para aflojar la tensión del cuerpo y calmar, aliviar una sensación. Después de aprender cómo ser consciente de tu cuerpo y calmarlo, aprendes a ser consciente de una sensación dolorosa en ti. Aprendes cómo aflojar la tensión en esa sensación, a calmar esa sensación.

Por tanto, los cuatro primeros ejercicios de la respiración consciente tratan sobre el cuerpo, y los otros cuatro tratan de las sensaciones, incluyendo el quinto y el sexto. El quinto es muy interesante: cómo producir una sensación agradable. Respiras de tal manera que puedes producir una sensación agradable. Una sensación placentera. El placer es posible. Eso está en la enseñanza de Buda. Producir una sensación de alegría. Y el sexto es producir una sensación de felicidad.

Podemos muy bien estudiar el Sutra de la plena conciencia de la respiración a la luz de las cuatro nobles verdades. La enseñanza de las cuatro nobles verdades sigue y penetra en todas las enseñanzas budistas, en todos los discursos y enseñanzas budistas. Este es un arte. Si eres un practicante, debes saber cómo respirar para producir una sensación de alegría, porque la necesitas, necesitas la sensación de alegría, necesitas la sensación de felicidad para nutrirte y curarte. Se puede practicar para hacer surgir una sensación de alegría, una sensación de felicidad. Cuando te alimentas bien, tienes fuerza suficiente para manejar la sensación dolorosa, el dolor, el profundo dolor de tu interior y del mundo. Así, el método de reconocimiento enseñado por Buda es muy metódico, muy científico, comienza con el cuerpo y luego con las sensaciones. Sabes que cuando el paciente está demasiado débil, no es posible operarlo, se debe retrasar la cirugía. Hemos de ayudar a que el paciente se fortifique para que tenga mayor capacidad de resistir antes de que pueda ser operado. Buda también es un buen médico. Sabe que necesitamos algún tónico, medicamentos, necesitamos algún alimento para ser suficientemente fuertes antes de que podamos ocuparnos del bloque de sufrimiento que hay dentro de nosotros y en el mundo. Muy realista, muy pragmática, la enseñanza de Buda. Por eso, cuando los filósofos venían e intentaban provocar a Buda para que hablara sobre el comienzo del mundo y cosas así, él siempre se negaba, era una pérdida de tiempo: «Solo quiero hablar sobre el sufrimiento y la transformación del sufrimiento».

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