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Meditación comiendo

Comer juntos es una práctica de meditación. Debemos tratar de ofrecer nuestra presencia para cada comida. Cuando servimos nuestra comida, ya podemos empezar a practicar. Al servirnos, nos damos cuenta de que muchos elementos, como la lluvia, el sol, la tierra, el aire y el amor, se han unido para formar esta maravillosa comida. De hecho, a través de este alimento vemos que todo el universo está apoyando nuestra existencia.

Antes de comer, la campana será invitada a tres sonidos y podremos disfrutar respirando mientras practicamos las cinco contemplaciones:

  1. Este alimento es un regalo de la tierra, el cielo, numerosos seres vivos y mucho trabajo duro y amoroso.
  2. Que comamos con atención plena y gratitud para ser dignos de recibir esta comida.
  3. Que reconozcamos y transformemos formaciones mentales perjudiciales, especialmente nuestra codicia y aprendamos a comer con moderación.
  4. Que mantengamos viva nuestra compasión comiendo de tal manera que reduzca el sufrimiento de los seres vivos, deje de contribuir al cambio climático y cure y preserve nuestro precioso planeta.
  5. Aceptamos esta comida para que podamos nutrir nuestra hermandad, construir nuestra Sangha y nutrir nuestro ideal de servir a todos los seres vivos.

 

Debemos tomar nuestro tiempo mientras comemos, masticando cada bocado por lo menos 30 veces, hasta que la comida se licue. Esto ayuda al proceso digestivo. Disfrutemos cada bocado de nuestra comida y la presencia de los hermanos y hermanas del Dharma que nos rodean. Establecámonos en el momento presente, comiendo de tal manera que la solidez, la alegría y la paz sean posibles durante el tiempo de comer.

Al comer en silencio, la comida se vuelve real con nuestra atención y somos plenamente conscientes de su nutrición. Con el fin de profundizar nuestra práctica de comer conscientemente y apoyar la atmósfera pacífica, permaneceremos sentados durante este período de silencio. Después de veinte minutos de comer en silencio, se invitará a dos sonidos de la campana. Entonces podemos iniciar una conversación consciente con nuestro amigo o comenzar a levantarnos de la mesa.

Al terminar nuestra comida, tomamos unos momentos para notar que hemos terminado, nuestro tazón ahora está vacío y nuestro hambre está satisfecha. La gratitud nos llena a medida que nos damos cuenta de lo afortunados que somos de haber tenido esta comida nutritiva para comer, apoyándonos en el camino del amor y la comprensión